
Su trayectoria revela bastantes papeles en su carrera y evidencia una pasión inherente por el arte teatral. Actualmente, Paula Sharim, es parte del elenco de la teleserie “Lola” de canal 13 e integra hace más de una década la compañía teatral Ictus. Con el tiempo como pieza esencial de su andar, esta extrovertida protagonista de las tablas se detiene y conversa con nosotros. Reflexiona y recuerda su espíritu kentiano en una invernal y agitada tarde de mayo.
A las afueras de la estación católica espero su llegada. Veo el reloj y se cumplen los diez minutos que me dijo demoraría debido a un inconveniente. Al poco tiempo, suena el teléfono y observo alrededor: es Paula y me hace señas desde su camioneta. Ingreso a ella y una música alegre suena. Sonríe y en cosas de segundos me traslado en el tiempo y revivo personajes como Alicia en “Te Conté”, que fue su primer papel televisivo, Gina en “Marrón Glacé” y Bárbara en “Villa Nápoli”, llegando a la conclusión que definitivamente por ella no pasa el tiempo: Su pelo café- rojizo levemente entresacado y fugazmente pasado los hombros, sus facciones en una composición armónica con sus ojos almendrados y su sonrisa cálida, concilian su carácter vital y locuaz. Su fisonomía y matiz denotan su procedencia argentino-judía, aunque es definitivamente chilena.
GUSTO POR LAS LETRAS
Paula llegó en cuarto básico al Kent School y lo primero que llamó su atención, a pesar de venir bien preparada, fue tener que saber inglés y la aplicación del The Bach, “que era como medalla del castigo que te dejaba sin recreo, por hablar en español. Era mi pesadilla”. Tam

En esa cercanía ¿Qué valores humanos y enseñanza encontraste en el Kent?
Sin duda me entregó la fortaleza de la consistencia, del aprecio por las letras, por lo establecido y el profundo respeto por el conocimiento. Ese es un sello que dejó don Alejandro Tarragó, que nadie quien haya pasado por el Kent lo puede negar. Hay un paso muy importante, que aunque el mundo esté cambiando todos los días y la tecnología nos lleve a avances, en el Kent había un amor por la historia, por la cultura, por los grandes autores y una calidad maestro alumno inolvidable.
Sin duda me entregó la fortaleza de la consistencia, del aprecio por las letras, por lo establecido y el profundo respeto por el conocimiento. Ese es un sello que dejó don Alejandro Tarragó, que nadie quien haya pasado por el Kent lo puede negar. Hay un paso muy importante, que aunque el mundo esté cambiando todos los días y la tecnología nos lleve a avances, en el Kent había un amor por la historia, por la cultura, por los grandes autores y una calidad maestro alumno inolvidable.
Me hablas de Alejandro Tarragó ¿Recuerdas también a fundadores como Vicente Mengod y Alejandro Salvador Aznar?
Tengo recuerdo de los tres. Eran todos muy sabios, eran hombres con una cultura que se le notaba en los poros, con una capacidad de transmitir educación formidable. Me sorprendo hoy en día de haber adquirido por ejemplo en el lenguaje, un gusto por la poesía y por escribir que fueron semb
rados en mí a través ellos.
De don Alejandro Tarragó tengo recuerdos emocionalmente muy fuertes, porque él era una figura extraordinaria. Cuando ponía su mano en tu hombro y te decía algunas cosas mirándote a los ojos, imponía una autoridad salvaje, al mismo tiempo que un respeto y una curiosidad. El señor Mengod para mi era la ternura, la sabiduría, la cultura y las letras, yo le tuve mucho cariño. Alejandro Salvador fue un profesor impresionante y no tanto por su capacidad de educación, sino por su personalidad. Era una persona extremadamente alegre.
Tengo recuerdo de los tres. Eran todos muy sabios, eran hombres con una cultura que se le notaba en los poros, con una capacidad de transmitir educación formidable. Me sorprendo hoy en día de haber adquirido por ejemplo en el lenguaje, un gusto por la poesía y por escribir que fueron semb

De don Alejandro Tarragó tengo recuerdos emocionalmente muy fuertes, porque él era una figura extraordinaria. Cuando ponía su mano en tu hombro y te decía algunas cosas mirándote a los ojos, imponía una autoridad salvaje, al mismo tiempo que un respeto y una curiosidad. El señor Mengod para mi era la ternura, la sabiduría, la cultura y las letras, yo le tuve mucho cariño. Alejandro Salvador fue un profesor impresionante y no tanto por su capacidad de educación, sino por su personalidad. Era una persona extremadamente alegre.
EL KENT EN ESCENA
“La plaza tiene una torre” de Antonio Machado, “El poema 20” de Pablo Neruda. Como olvidar a don Alejandro Tarragó con su insistencia y poesía. Su presencia y figura es inolvidab

Has utilizado poesía que Alejandro Tarragó te enseñó en algunas escenas ¿Qué otros conocimientos que te entregó el Kent has aplicado durante el transcurso de tu vida y carrera?
Hasta el día de hoy te diría que el conocimiento por las letras lo tengo sembrado en un espacio mío, en mi parte teatral. Por ejemplo, creo que de alguna manera en la obra “Okupación” pusimos algo que nos entregó el Kent, que era esa cercanía del maestro, esa indagación que uno puede descubrir que hay en los profesores bien profunda. Sin ser nosotros profesores recibimos esa proximidad, esos sueños que tienen los profesores, que a veces parecen tan cotidianos y que son tremendamente valiosos.
Hasta el día de hoy te diría que el conocimiento por las letras lo tengo sembrado en un espacio mío, en mi parte teatral. Por ejemplo, creo que de alguna manera en la obra “Okupación” pusimos algo que nos entregó el Kent, que era esa cercanía del maestro, esa indagación que uno puede descubrir que hay en los profesores bien profunda. Sin ser nosotros profesores recibimos esa proximidad, esos sueños que tienen los profesores, que a veces parecen tan cotidianos y que son tremendamente valiosos.
En “Okupación" Paula participó en el 2004, junto al equipo de Ictus: los actores José Secall, María Elena Duvauchelle, Roberto Poblete y Nissim Sharim.

Utilizando el método de creación colectiva, dieron vida a esta comedia satírica, que plantea un discurso crítico y combativo: el de unos modestos profesores que se "tomaron" su liceo en protesta por su inminente privatización, los que son completamente típicos- la señora gritona y de ideas cortas, la romántica ex hippie, izquierdistas nostálgicos- pero que manifiestan diálogos profundos, trayendo a escena temas valóricos. Mientras fluye el relato entre impresiones y aceptaciones, no puedo dejar de imaginar a los llamados pingüinos y a los profesores, que más de alguna vez vi en la televisión, apostados sobre un escenario y acompañados de los actores que componen esta potente compañía.
"Okupación" claramente plantea una temática contingente ¿Qué significó esa obra en tu desarrollo profesional?
Para mi esa obra va ser inolvidable, porque cuando estábamos por sacarla de cartelera vino todo el movimiento de los pingüinos. Nosotros inventamos la obra y cuando veo en las noticias “las tomas”, en que habían un espectro de personajes: los profesores, lo directores, los que soñaban, los que luchaban, dije esto no es una coincidencia. Entonces realmente comprobé que toda lo que está escrito por los teóricos del teatro, sobre que el actor es un reflejo de la sociedad, es así. Fue súper impactante, yo creo que esto no se va volver a repetir, por más que uno esté impregnado de la actualidad.
EL TEATRO MI MAYOR DESAFÍO
Paula Sharim nació y se crió en un ambiente teatral, pero en cierta forma el Kent le entregó ciertas herramientas que sellarían parte del destino de esta importante actriz. De hecho recuerda, que en el colegio se hacía mucho teatro, “las presentaciones y los actos de fin de año siempre estaban envueltos en una cosa teatral y recuerdo que eran para mi muy importantes. Hacían
Su primera experiencia con el rigor que amerita ejercer esta profesión la vivió en sexto básico, en donde le tocó interpretar su primer papel: una mariposa que hablaba al revés. “Yo me aprendí el papel completamente con las miss Alida, quien era maravillosa, pero tuve un accidente atroz en bicicleta y me pagué en la cara. Tenía un moretón en la frente que con lo días me fue bajando a los ojos y quedé francamente como una boxeadora”, cuenta como si estuviera en aquel momento.
A pesar de aquello, e intentando alegorizar a una pequeñita en esas condiciones, llegó a presentarse para realizar su papel “con una dignidad salvaje, había un rigor, era importante para mi hacerlo y llegué con anteojos oscuros, coja y con unas alas gigantes que me había hecho mi mamá. Recuerdo que fue tan honroso para mí, porque me respetaron tanto que estuviera. Lo recuerdo como una de mis primeras puestas en escena”, relata y su mirada impetuosa se pierde entre los recuerdos que hace presentes en su memoria.
¿Cómo fueron tus comienzos como actriz?
Junto con hacer mi tercer año en la universidad, participé en la película “Ángeles” con la Tatiana Gaviola, es la única película que he hecho. Luego al salir de la carrera, fui hacer una ayudantía de dirección en la obra “La Noche de los Volantines” de Ictus. Surgió un espacio y me subí al escenario, del que no me bajé más. Ese mismo año comencé en canal 13, en una teleserie que se llama “Te conté”. Todo pasó ese año 1989, mi primera obra, teleserie y me casé.
¿Cómo han sido las experiencias de estar en el teatro y en la televisión?
Tanto el teatro como la televisión me han marcado. Creo que la televisión fue más constante en una época profesional, me dio una soltura en teatro que la escuela no me la había dado; me dio cierta confianza. Respecto al teatro llegué a un grupo consolidado como I

Recibiste el premio Apes el año 2004 por Mejor Actriz en la obra “Sueño de la Memoria” ¿Qué significó para ti ese reconocimiento?
Yo creo que ese fue un premio a la constancia. Ese año estaba muy estimulada con mi proyecto, lo plantee y mis compañeros me siguieron. Construimos la obra desde un punto de vista sano, porque significaba mirar cómo había sido el golpe de estado desde las distintas visiones de quienes participamos en esa obra. Creo que fue un trabajo súper lindo, súper colectivo y de una satisfacción inmensa, por los premios, el humor y los logros que pudimos desarrollar visitando diferentes lugares con la obra.
¿Cómo ves el teatro actualmente?
Creo que

En la actualidad Paula no deja de planearse desafíos y uno de ellos es hacer que la compañía Ictus tenga dos grupos estables de actores, ya que cuenta con un factor determinante para lograrlo: su domicilio en el teatro La Comedia. “Yo creo que los 50 años del Ictus mostraron que en Chile casi todos los actores han formado parte en alguna instancia de la compañía. Eso se da teniendo un escenario”, expresa mientras retoma la conversación planteándome otro desafío. “El teatro es mi casa, es mi familia, mi desafío de todos los días, que hay que inventarse, reinventarse, volver a ser. Es mi desafío mayor”. Esas últimas palabras conmueven y remueven lo que en definitiva une a Paula al arte de actuar.
Pero esta reflexiva actriz, que ha incursionado en la dirección y en las diversas responsabilidades que trae consigo tener un domicilio como el teatro La Comedia y más aún, que ha experimentado vivencias que como mujer y madre la han realizado, no termina sin un sensato mensaje. Mientras toma su último sorbo de café, deja sus últimas palabras para ustedes; familia del Kent: “Me gustaría decirles que el que tenga alguna afinidad con el mundo artístico que la explore, la llene. El mundo del arte, es un mundo abierto y aunque parece que los accesos no son fáciles, hoy en día hay muchas cosas que conocer. Al que se siente atraído no debe alejarse, porque más que una onda; el teatro es una forma de vivir”.